Ecodesign: entienda como utilizar el concepto mucho más allá del embalaje

Especialistas explican donde el ecodesign se puede utilizar para traer, de hecho, una transformación sostenible radical en la industria de alimentos

El ecodesign está en alta como concepto que promete llevar a la industria de alimentos a un nuevo nivel de sostenibilidad. Sin embargo, especialistas oídos por Food Connection indican que es necesario ir mucho más allá del embalaje en lo que dice respecto a la introducción del ecodesign como herramienta de eficiencia.

Aunque el embalaje haya concentrado las atenciones en lo que dice respecto al diseño inteligente y ecológico, ella responde por un porcentual menor de uso de energía a lo largo
de la cadena. Iniciativas de ecodesign deberían incluir etapas por toda la cadena.

A final de cuentas, ¿qué es ecodesign?

Antes de entrar en el análisis sobre el uso del concepto en la industria de alimentos, cabe resaltar su significado y su nivel de adhesión. “El ecodesign es una tendencia que se ha difundido en las discusiones y cursos de diseño”, explica Fabio Mestriner. “En la industria de alimentos se aplica principalmente en la reducción de los materiales utilizados y en la configuración del embalaje para favorecer el reciclaje”, dijo Fabio Mestriner, profesor coordinador del Núcleo de Estudios del Embalaje de ESPM.

Una de las características importantes del ecodesign es que él puede ofrecer beneficios en toda la cadena, según Mestriner, por ser el resultado de “un mirada estratégica
tanto sobre la producción como sobre la experiencia del usuario, sin necesariamente aumentar gastos”, complementa Mestriner.

Ejemplos positivos

Uno de los ejemplos del uso del diseño orientado hacia embalajes positivos, los embalajes de leche larga vida hicieron durar 6 meses la leche que antes tenía una vida útil de como máximo 2 días. “La leche se cortaba y muchas veces se perdía”, explica Mestriner.

Otro ejemplo histórico es de la lata de acero, que permite una vida útil de varios años para productos que se pueden exportar al mundo entero sin que el producto se eche a
perder en los largos viajes.

“En estos dos ejemplos, toda la cadena de refrigeración, que tiene gastos de energía, se eliminó”, dijo Mestriner.

Ecodesign debe ir más allá del embalaje

Para Bruno Pereira, especialista en sostenibilidad positiva, el ecodesign de embalajes está enfocando excesivamente en la reducción de los impactos del embalaje en si. Lo que es un desperdicio, pensando en el potencial que el concepto tiene de solucionar problemas mucho más grandes.

“El ecodesign de un embalaje de jalea enfocando exclusivamente en el embalaje reduce la cantidad de material de embalaje y mejora la reciclabilidad”, dijo Pereira.

“A su vez, el ecodesign del sistema completo de la entrega y consumo de jalea, por medio del embalaje, podría rediseñar el embalaje para incluir un bocal dosificador,
eliminando el uso de un cuchillo para esparcirla en el pan, lo que ahorraría litros de agua en el lavaje y reduciría el desperdicio del alimento”, complementa.

Una vez definido ese embalaje rediseñado que minimiza impactos de la cadena, el profesional de embalaje se puede concentrar en reducir el impacto del propio embalaje, con los materiales de menor impacto y más reciclables.

“Lo importante es la preocupación con reducir los impactos del embalaje en si sólo, debiendo venir después de elegir el sistema de embalaje que reduce los impactos de la
cadena. No antes”, complementa el especialista.

Prioridades para las empresas

Las prioridades de las empresas se suelen traducir en metas que sirven como norte para la toma de acción. En lo que dice respecto al ecodesign de embalajes, las metas más comúnmente encontradas en las empresas son:

Mayor reciclabilidad de los embalajes;
Reducción de la pegada de carbono de los embalajes;
Reducción de la relación [kilos de embalaje por kilo de producto];
Reducción del consumo de plásticos.


“Es correcto afirmar que ha habido un progreso en esas métricas. A final de cuentas, sólo permanece en el empleo quien alcanza las metas. Pero, infelizmente, el alcance
de esas métricas no garantiza un “beneficio”, no aumenta significativamente el nivel de sostenibilidad de la sociedad”, critica Pereira.

Métricas limitadas

Pereira explica que las empresas se han centrado en metas relacionadas a índices de reciclaje, con tecnología ineficiente, sólo para alcanzar la meta, pudiendo aumentar los
impactos ambientales (reciclaje también es una actividad industrial).

Además, diversas iniciativas de reducción de pegada de carbono se han basado en análisis de ciclo de vida “bastante oportunistas”, según el especialista, “que definen el alcance de acuerdo con los intereses del momento”.

Otra crítica está relacionada a la reducción de embalaje, que puede llevar al mayor desperdicio de alimentos, no lo contrario. “El consumidor puede consumir más de lo que desearía para no tirarlo. Un caso común en la eliminación de recierre (tapa) en embalaje que antes contaba con tal recurso. Es decir, o lo toma en el momento, o lo tira”, explica.

Finalmente, con relación a la reducción de plásticos, es común que los casos en los cuales el plástico se sustituye por material con peor desempeño ambiental, “pero, por no
ser plástico, el empeoramiento se contabiliza como mejora”, explica.

El especialista dice que el ecodesign de embalaje no es apenas actuar en el 10%. Es preguntarse como el embalaje puede reducir el otro 90% y – después – actuar en el 10%.

“Para llegar allá, debemos primero identificar los impactos relevantes en cada etapa de la cadena de alimentos. Eso permite establecer las prioridades del embalaje más
sostenible para aquella cadena de alimentos en aquel momento de consumo”, dice.

Como extraer los beneficios del ecodesign

 Para extraer todos los beneficios del ecodesign es necesaria una mirada hacia la cadena completa, teniendo en vista algunos puntos en especial. Uno de ellos es el hecho de que el 51% de la energía se invierte en la producción del alimento, según el estudio del INCPEN.

Otra investigación del Instituto Akatu indica que eliminar un desperdicio de alimentos eliminaría el 17% del consumo de energía de la cadena. Por otro lado, apenas el 10% de la energía se invierte en embalaje. “Reducir ese 10% ha sido prácticamente el 100% del foco de ecodesign de embalajes”, critica Pereira.

Además, el 8% de la energía se invierte en transportes y minorista, mientras el 17% de la energía se usa en el almacenamiento en el hogar y el 14% en la cocción.

“Embalaje que elimina la necesidad de refrigeración prácticamente elimina ese 17% de impacto con energía”, dice. Embalaje que trae productos previamente cocidos e/o
indica/permite una mejor forma de preparación (ejemplo microondas vs horno a gas) puede reducir ese 14% con cocción”, agrega.

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Gastos pueden dificultar adhesión

El ecodesign hoy está enfocado en la economía circular y movimientos específicos en la reducción de impacto ambiental, “como la reducción y/o sustitución de
materiales en la cadena productiva o específicamente en la creación de embalajes biodegradables, dice Mario Narita, fundador y CEO de Narita, agencia
con fuerte actuación en diseño de embalaje.

Él dice que el foco en el embalaje está en el hecho de que “los residuos son más visibles, principalmente en productos como los alimentos”. Por eso está la dificultad de
extrapolar el concepto a otras etapas de la cadena.

El ejecutivo alerta que, a pesar de las muchas acciones genuinas y eficientes relacionadas al ecodesign, hay otras del tipo ‘greenwashing’, es decir, acciones que se
preocupan en solamente parecer sostenibles para atraer la atención de los consumidores sin ser, de hecho, ambientalmente amigables.

Narita dice que la adhesión verdadera del mercado choca principalmente en la cuestión financiera, al contrario de la afirmación de Mestriner, que ve la adhesión como
viable desde el punto de vista financiero.

Para Narita, “no es un problema de cultura, sino un problema de altísimo gasto. Algunos segmentos consiguen absorber esas cargas, sin embargo, en sectores más
competitivos y/o esenciales; eso permanece más complejo”.

“Si no hay un hercúleo esfuerzo y altas inversiones para que esos gastos disminuyan; la situación seguirá siendo la misma. En este sentido, pensar en escala podrá
viabilizar proyectos de embalajes positivos”, complementa el CEO.